De Rodillas y Locuras
Los Vestigios de esa tenue e insensata noche quedaron
atrapados entre los surcos de un tejido, perdurando y trascendiendo sin
quererlo hasta el crepúsculo del siguiente paradigma…
Incierto y avergonzado acontecer que sin querer se fue
perdiendo entre el carisma de un criollo, dejando al descubierto las ansias y
el querer que se intentaban esconder detrás de una indecisión. Incierto y
calmado momento al lado de él, del noble paisano y de la elocuente dama; la
noche y sus secretos…
En el diván y el silencio se quedaron las almas
foráneas deambulando por ahí, con sus ritos y costumbres, cargadas de
sentimiento y vigor naciente de la nostalgia; brillantes y estrellados
transportadores, delatores de la antigüedad del ancestro, profundos e íntimos
recuerdos que se adueñaron de la pupila mecánica, abriéndole paso a la
trascendencia, a una lagrima y a un suspiro oportuno que tocará puerta alguna
vez…
Fue abierta, sin respetar la cronología de los hechos.
El deseo opaca la razón, las ansias controlan el control. En la esquina había
un farol que sutilmente dibujaba su silueta: primera vez que se ve el corazón y
no la cara, que queda descubierta la intención y las ganas; entre murmullos,
miedos y aruños el minuto se detuvo para brindar un instante perfecto. La noche
y sus secretos…
Del día se encargan las sonrisas, de la noche las
miradas; una película más que un distractor es un arma, un señuelo, un sutil
placebo. Qué ironía, mil oportunidades y
solo basto una para hacer realidad las fantasías. Peligro, exaltación,
adrenalina: ese es su apellido, su segundo nombre es querer, su alias nomasté.
Más hace el
que quiere que el que puede, más puede el que hace que el que quiere, más
quiere el que hace que el que puede. Todo es posible, sino pregúntaselo al
miedo derrocado, al bombillo descansando, al espejo empañado, al botón que
sintió por primera vez eso que yo sentí.
En este
momento entra la censura, el que conoce lo que piensas, antecede a tus
acciones. Adiós a las posibilidades; cordura vuelve, sensatez no huyas, o si,
solo para asegurarse que no siempre se debe hace lo “correcto”. Déjale a la
vida el disfrute, al día la sonrisas y a la noche los secretos que esconden las
sonrisas provocadas por la vida.…
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