Té, me antojas
En el pensamiento, en el recuerdo, deseando saber que
quedó por decir, misterio que se quedará y ocultará tu sueño, tus sueños…
Te me antojas por la mañana, con un poco de miel y
café, al ritmo de la voz que pauta tu segunda dama, tu gran amor, esa que le da
forma a tu inspiración. Te me antojas sin antojos, con las ganas que no tengo y
me provocas. Te me antojas con sirope de picardía, en la improvisación de los
minutos, en la fugacidad y el silencio del día.
Llega la cortesana con sus faroles, hechizante,
profundo, radiante astro que combina con tu sonrisa, sonrisa que deja evidencia
y que se acompaña con nebulosas de gestos, gestos abstractos que colorean mi
imaginación, gestos que dejan mucho que decir, por predecir y desear.
Te secuestro, te dejas y te tengo, te tengo solo para
mí, en la tranquilidad de la noche, en la intimidad, la intimidad de nuestras
miradas penetrantes, esas miradas que hablan por sí solas y pautan el compás de
los dedos, esos que están sincronizados con el pensamiento, enganchados de tu
sonrisa y tus ganas… Te me antojas, con galletitas y una tacita de té.
Así comienza de nuevo el día, te me antojas en el
pensamiento, en el recuerdo, deseando saber que quedó por decir, misterio que
se quedará y ocultará tu sueño, tus sueños…
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